La edición de Alianza de 1989, con portada del gran Daniel Gil. ¿Qué diablos representa ese firloyo? |
13 de mayo de 2024
¿Qué puedo decir, tras lo que opiné sobre las Historias naturales de Damiano Malabaila, de Defecto de forma de Primo Levi? Pues que el segundo es una clara expansión, continuación, más de lo mismo, que el primero. Casi se podría jurar que Malabaila y Levi son uno y el mismo, y no un pseudónimo y un escritor. O, bien pensado, quizá sea justo al revés: que Malabaila y Levi sean dos personas.
EXCURSO
Un pseudónimo también es un escritor, pero suele ser un escritor distinto. A esto, habitualmente, se le llama heterónimo; pero la naturaleza vanidosa de los autores les impide en la mayor parte de los casos admitir que tal o cual obra, publicada con pseudónimo, en realidad le pertenece al que firma, y no a él. El pseudónimo y el autor tienen muchos puntos convergentes en sus obras y en sus vidas: por ejemplo, comparten un mismo cuerpo e incluso un mismo cerebro, y ambos disponen del mismo vocabulario. Sin embargo, es muy probable que pseudónimo y autor utilicen estructuras gramaticales distintas, expresiones distintas, e incluso tengan vicios literarios distintos. Quizá uno de ellos escribe "puta", donde el otro diría "prostituta", porque "puta" le parece una palabra malsonante. Al final, el autor acaba apropiándoselo todo y eliminando al pseudónimo como si jamás hubiera existido ese personaje. También hay casos inversos: el de autores que reconocen que lo escrito por el pseudónimo no es obra suya y renuncian a cualquier viso de autoría, e incluso prohiben la reimpresión de dichas obras pseudonominales. Dudo mucho que Curtis Garland y Donald Curtis sean realmente la misma persona, y una somera mirada a sus respectivas obras lo dejan bien claro. De hecho, no creo que ninguno de esos dos Curtis fueran realmente Juan Gallardo Muñoz, que fue un hombre del que no sabemos demasiado. Está claro que Richard Stark no era, en modo alguno, el guasón y fiestero Donald E. Westlake; y Andreu Martín estaría de acuerdo conmigo si digo que Ed McBain y Evan Hunter son entidades completamente distintas y casi opuestas. Todo esto me lleva a concluir que Vizio di forma es, en realidad, obra de Damiano Malabaila, y no de Primo Levi. De hecho, la carta que Levi incluye en la edición de 1987 del libro a modo de prólogo, apoya esta hipótesis, pues casi una disculpa. Como si Levi supiera que se había apropiado del trabajo de Malabaila y le pesara en la conciencia...
FIN DEL EXCURSO
Cubierta completa de la edición original italiana de 1971. Fíjese el lector en la atribución a Primo Levi, que se apropió de la obra de Damiano Malabaila sin ningún pudor.
Cubierta completa de la edición original italiana de 1971. Fíjese el lector en la atribución a Primo Levi, que se apropió de la obra de Damiano Malabaila sin ningún pudor.
En cualquier caso, tan grande es Vizio di forma (1971) como Storie naturali (1966).
Defecto de forma es otra recopilación de cuentos fantacientíficos y, en ocasiones, terroríficos, de Primo Levi. Lo que no hemos encontrado es información respecto a la posible publicación de estas historias antes de su compilación en formato de libro, como sí sucedía con los textos de Malabaila en Storie naturali. Me consta que otros libros de cuentos de Levi también son relatos que ya habían aparecido en prensa y revistas.
Hay algo grande en Levi-Malabaila cuando se atreve a crear disciplinas científicas como la criptozoología doméstica, cosa que hace en la vertiginosa "Vilmy", donde inventa al más adorable de los animales de compañía... cosa que tiene efectos en verdad terroríficos.
El volumen, que en la edición de El Aleph (la que yo he leído) reutiliza la traducción de 1989 de Ángel Sánchez Gijón y elimina el índice contenidos (si es que alguna vez lo tuvo), consta de veinte relatos, mucho más meritorios de lo que Levi deja entrever en su carta de 1987: que este libro no obtuviera grandes premios (cosa que lamenta Levi) no significa nada en absoluto. Existen muchos libros maravillosos, prodigiosos, que jamás han recibido galardón alguno. También existen libros repugnantes, tediosos, ilegibles, que han merecido premios. El tiempo, que es un juez arbitrario que no admite jurisprudencia ni legislación alguna, se encarga de resucitar libros y autores y de enterrar a otros, y lo hace mucho mejor que cualquier censor oficial, extraoficial o hipersensible. Y, como ya hemos insinuado en otras ocasiones, las historias parecen comportarse como una especie de virus o de entidad viviente que se replica a través del ser humano, ya sea por medio de nuevos autores o de nuevos editores. Las mejores historias, las más fuertes y poderosas, sobreviven y evolucionan (se adaptan), y resultan fértiles y tienen hijos que a veces son robustos y se valen por sí mismos y, en otras ocasiones, salen raquíticos y recorren un camino merecidamente breve.
Lo contrario de lo que acabo de afirmar quizá también sea cierto, y si es así, la culpa será de la inexorabilidad tiempo.
***
Edición de El Aleph Editores, 2010. En la imagen tenemos a un vilmy que, o mucho me equivoco, o es una especie que desciende de la famosa "cruza" que describió Kafka. |
Para los lectores bien informados, diré que Defecto de forma es tan importante como Un valor imaginario y Vacío perfecto de Stanislaw Lem, tan maravilloso como Novecientas abuelas y Los seis dedos del tiempo de R. A. Lafferty. Estos libros y estos autores ya los mencioné al hilo de Historias naturales, pero no está de más que lo repita aquí. Es evidente que Primo Levi se encuentra en el mismo terreno, onda y categoría de Italo Calvino (Levi le dedica el relato "El forjador de sí mismo", un periplo de muchos miles de años en primera persona sobre la evolución de la vida en la Tierra); pero sus afinidades temáticas y estilísticas con el polaco Lem y con el estadounidense Lafferty son apabullantes y sorprendentes. "Sicofante" de Levi guarda enorme semejanza con "A través de otros ojos" de Lafferty. "Knall" (de Levi) habla de un invento -en realidad, de una moda- muy, muy parecido a los ingenios descritos en "Querida tragona" y "Terror de siete días" (de Lafferty). "Visto de lejos", homenaje a los viajes lunares, nos muestra la perspectiva selenita de la Tierra, y en mi opinión, lo podría haber firmado Stanislaw Lem. "Protección", acerca de la vida humana ante el peligro de la caída de micro meteoritos, "Lucecitas rojas" y la serie de relatos sobre "Recuenco", tienen el aire esotérico, apocalíptico, incomprensible (esa sensación de que te falta información, pero lo que hay te cautiva) de las novelas de Lem sobre "primeros contactos" con razas extraterrestres (Fiasco, Solaris, Edén..., aunque los alienígenas brillen por su ausencia en estos cuentos de Levi.
Al igual que Lem y Lafferty, Levi utiliza personajes recurrentes, como es el caso del escritor (que va de cabeza a nuestra Biblioteca de Babel) Antonio Casella, protagonista (¡metaprotagonista!) de "Trabajo creador" (el autor que se convierte en personaje) y "En el parque", dos cuentos que contienen un planteamiento idéntico (o casi) al de la serie de historias y novelas de John Kendrick Bangs (1862-1922) sobre las Associated Shades, el club del Hades para caballeros. Destaquemos estas líneas de "Trabajo creador":
"Pero ¿me creerá si le digo que Ofelia se cansó de la perplejidad de Hamlet y que lleva veinte años con Sandokán y que se llevan muy bien? ¿O que Lord Jim, apenas llegó, se enamoró inmediatamente de Electra y que viven juntos?"
A esto que hace Levi en estas historias se le llama "mitología creativa", término que al lector quizá no le resulte completamente desconocido...
Uno de los volúmenes de la serie de Associated Shades, de J. K. Bangs. |
Igualmente sorprendente es "Amotinamiento", que replantea nuestra relación con el mundo vegetal (y que algo tiene que ver con un viejísimo y excelente relato de Edmond Hamilton, "Alien Earth", de 1949); la parábola "El siervo", sobre el mítico golem; "Escrito en la frente", un relato más o menos futurista que podría haber salido de la pluma de Ray Bradbury en sus horas oscuras... y más.
Este viejo volumen de Caralt contiene el cuento "Tierra extraña" de Edmond Hamilton, muy, muy recomendable.
Este viejo volumen de Caralt contiene el cuento "Tierra extraña" de Edmond Hamilton, muy, muy recomendable.
Quizá, el más terrorífico (pues el pesimismo declarado de Levi convierte la mayoría de sus historias en cuentos de miedo) de los relatos de este volumen sea el titulado "Hacia occidente", historia en apariencia inofensiva e inocente, pero que plantea unas peligrosísimas preguntas: ¿Por qué el ser humano ha de querer vivir? ¿Qué le impide ser como los lemmings? Y esto, cuestionado, razonado y respondido por un escritor que, como sabemos, se arrojó por el hueco de la escalera para terminar con todo de una vez.
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He perdido la cuenta del número de relatos que he mencionado. Hay más (repito: hasta veinte). Pero mejor será que los descubra el lector. Tengo la impresión de haber hablado demasiado, de haber desvelado un secreto o haber roto alguna norma...
Lo único que puedo añadir a lo antedicho: Primo Levi fue un excelente, imprescindible autor de cuentos fantásticos, de terror y de ciencia ficción. Esta faceta del autor no es demasiado conocida. Por favor, querido lector profesional, ocasional o especializado: hágase un favor y consiga estos libros antes de morir. Después ya no hay nada, diga lo que diga Levi en "Hombres de negocios" (incluido, claro, en Defecto de forma).
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