La entrega nº19 de la serie de novelas de Jack Reacher, también conocido como "Sherlock Homeless". |
2 de agosto de 2024
Debo ser el último mono que se ha enterado de la existencia de Jack Reacher, el ex policía militar creado por Lee Child (pseudónimo del británico James Dover Grant). O al menos, el último mono que se ha leído alguna de las novelas de la serie. En mi línea, he empezado con la entrega nº19, Personal (2014), que fue "galardonada" —permítanme que me ría— con el VIII Premio RBA de Novela Negra en España. Lo que quiere decir que RBA decidió apostar por esta novela para publicitarla a lo bestia. No sé muy bien cómo les salió la jugada, imagino que bien, pues no he hecho un seguimiento del tema. Me da igual. Yo tengo la primera edición en castellano, publicada en octubre de 2014 (por RBA, por si alguien tiene dudas), y la pillé de segunda mano en alguna parte, quién sabe dónde. Tiene buen tamaño de tipografía y la traducción de V. M. García de Isusi está muy bien. Alguien puede decir: "Pues qué menos, joder". Pero no; resulta que es importante señalarlo. Este libro tiene diez años, y para cuando se publicó ya se empezaban a encontrar muchas tropelías "modernas" en las primeras ediciones de tapa dura de las publicaciones de grandes editoriales. Y no estamos hablando aquí de traducciones con inteligencias artificiales, precisamente, sino de ausencia de corrección, tipografías minúsculas (prácticamente ilegibles), y otras lindezas.
Hace unos días, leyendo una reseña del Paperback Warrior (un veterano blog en inglés que recomiendo a todos los amantes de nuestros diversos negociados), el amigo Warrior señalaba que la novela que iba a reseñar "estaba escrita en pasado y en tercera persona. Parece una tontería, pero ya hemos visto que hoy en día es importante señalarlo". Aquí, el Paperback Warrior se refería al fenómeno de las novelas supuestamente bestesellerescas escritas en presente (¡y hasta en segunda persona!), cosa que ya hemos mencionado y explicado por aquí en alguna ocasión. Y sin duda volveremos sobre el tema en el futuro, porque esto no ha hecho más que empezar.
Pues bien: las novelas de Reacher no están escritas en presente. Por lo que he leído, se clasifican en A) las narradas en primera persona por el protagonista y B) las narradas en tercera persona. En pasado. Y punto. Personal es un relato contado por Reacher, que se maneja con frases cortas, casi al estilo de Joseph Berna o, mejor, mi querido y admirado Adam Surray (José López García). Y lo hace muy, muy bien.
Si todas las historias de esta serie están a la altura de Personal, que me ha parecido buena y entretenida, entonces estamos ante un escritor que ha recogido el testigo de su compatriota Jack Higgins y sus diversas sagas, entre las que cabe destacar obligatoriamente las de Liam Devlin y la de su sucesor, Sean Dillon. (Por si alguien se siente perdido: ¿recuerda usted la película bélica Ha llegado el águila? Pues el papel de Liam Devlin lo interpretó el grandísimo y llorado Donald Sutherland. Ahí es nada).
Cartel original de la adaptación cinematográfica de Ha llegado el águila. |
Lo curioso del caso de Lee Child es que, siendo británico, de forma premeditada ha tomado como protagonista a un norteamericano de pura cepa (por mucho que Reacher se pasee por Europa en Personal o haya nacido en Berlín); además se dice de Child que "está usando la fórmula de la serie negra americana". En mi opinión, esto si no es falso, al menos sí que es muy, muy, muy discutible. Encuentro mucha más relación entre Reacher y el Sean Dillon de Higgins que entre Reacher y el Jack Ryan de Tom Clancy (un escritor estadounidense de los de sacar a relucir las barras y las estrellas en cuanto tiene ocasión).
Jack Reacher, apodado por algunos de sus discutibles amigos "Sherlock Homeless" (en cristiano, "Sherlock Vagabundo" o "Sherlock Persona En Situación De Calle", que dirían ahora cuatro imbéciles que jamás se han visto "en situación de calle"), es un héroe de corte muy tradicional: violento, duro y puro de corazón, con menos contradicciones internas que, volvemos a la carga, Liam Devlin o Sean Dillon, es decir, dos ex terroristas del IRA que terminan colaborando con los servicios secretos británicos. Si los personajes de Jack Higgins cambian de actitud y de perspectiva moral y política a lo largo de sus respectivas series y por diversas conveniencias, Jack Reacher abandona su trabajo en el Ejército de los USA como policía militar por motivos que desconozco (seguro que esto se narra en alguna novela de la serie), y se convierte en el clásico "hombre libre" (un auténtico "homeless") que vaga por el mundo desfaciendo entuertos y enderezando cojos. Esto es algo que hemos visto un millón de veces en televisión, con aquel Renegado encarnado por Lorenzo Lamas, con la versión de Bill Bixby y Lou Ferrigno de La Masa (el increíble Hulk para los más jovenes), o simplemente con El Equipo-A.
Lorenzo Lamas, el Renegado, un éxito televisivo de los primeros 90s. |
Bill Bixby y Lou Ferrigno, las dos caras de La Masa en la TV de 1980. El doctor Banner (Bixby) era el eterno autoespista. |
Reacher no es un justiciero solitario implacable, no es ni Mack Bolan ni Frank Castle: no es "un hombre con una misión en la vida". Si hubiéramos de emparentarlo con alguien, sería quizás con el pobre John Rambo, esto es, el personaje literario protagonista de First Blood de David Morrell... aunque Reacher no es un veterano desgraciado, anulado y sin un lugar adonde regresar, como lo es Rambo, sino un tipo con la sesera intacta y un modus vivendi nómada que él mismo ha decidido. Y una de esas cosas que ha decidido Reacher se la dijo su madre: "Intenta hacer las cosas bien". (De hecho, creo que la idea que surgió en la mente de Lee Child para crear a Jack Reacher debió ser algo como esto: "Hum, ¿y si Rambo tuviera una capacidad deductiva como la de Sherlock Holmes y se metiera a detective itinerante? Hum..."
Primera sangre de David Morrell, con ilustración de portada de Isidre Monés Pons. |
Hay algo en Jack Reacher que me ha hecho pensar en la palabra "anticuado", y no en un sentido despectivo. Tras leer Personal y reflexionar, me he dado cuenta de lo que estaba sucediendo aquí: en la historia hay elementos de serie negra y de literatura detectivesca, y por supuesto, del thriller tradicional (de la aventura)... Pero en el fondo, tras las conspiraciones internacionales, el espionaje, los francotiradores solitarios metidos a terroristas y las reuniones secretas de agencias gubernamentales, resulta que lo que tenemos es a un protagonista extraído del género del western: el vaquero solitario de toda la santa vida, sobre el cual se han filmado miles de películas y escrito miles de bolsilibros españoles. Un ejemplo tan sencillo como próximo es la novelita El exterminador (1989) de Donald Curtis, a la que me referí en este mismo espacio hace muchos años. El protagonista de la historia de Juan Gallardo Muñoz no es ni más ni menos que un antecesor de Jack Reacher (aunque en su momento, también me pareció que era un antepasado directo de Doc Savage... al menos en el aspecto puramente físico). Al igual que aquellos pistoleros trashumantes (Sabata, Django, Trinidad, etc.), uno no siente en ningún momento que Reacher esté realmente en peligro alguno, no importa si su rival lo tiene rodeado, o es un gigantesco gángster de Londres, o lo están encañonando con una pistola en la cabeza. Esto es algo que no sucede, por ejemplo, con el bueno de Harry Bosch, el policía y detective de Los Ángeles creado por Michael Connelly, que siempre sale vivo a duras penas. Ni siquiera nos sucede con el mismísimo Sherlock Holmes, al que toda una generación vio morir despeñado junto al profesor Moriarty en las cataratas de Reichenbach (Sherlock Holmes puede ser muchas cosas, pero no intocable y, sin duda, tampoco infalible). Reacher es invulnerable, y no creo que vaya a tener su propio Reichenbach en los próximos años (cosa que sí tuvo el agente Pendergast del FBI, creado al alimón por Lincoln Child y Douglas Preston, pareja de herederos de Michael Crichton).
El exterminador (1989), un western de Donald Curtis. |
El eco negro, la primera novela del detective Harry Bosch. |
El ídolo perdido, primera novela del agante especial Pendergast, del FBI. |
Así que, al final tenemos la siguiente idea que se le ocurrió a Lee Child, ligera variación de la que proponíamos arriba: "Hum. ¿Y si John Rambo fuera un vaquero bienhechor solitario que tuviera los poderes y experiencia de Sherlock Holmes? Hum". Y aquí, sí que hemos obtenido al indestructible Jack Reacher.
La edición original en inglés. |
El argumento
Un oscuro general norteamericano se las arregla para que Reacher entre en contacto con él: el presidente francés ha sufrido un atentado del que ha salido vivo de milagro; el responsable es un francotirador de élite que podría ser o no ser un antiguo militar de los USA al que Reacher encarceló quince años atrás por cometer un asesinato. La cosa se complica, pues el general teme que el francotirador vaya a atentar en la inminente reunión del G-8 en Londres. Y aquí tenemos a Reacher devolviendo un viejo favor al lameculos predilecto del general O'Day, presto a cazar a un tipo peligroso que se la tiene jurada. Como es de esperar (y de desear), hay acción, violencia, deducciones al puro estilo Sherlock Homeless, varias conferencias sobre balística, tiro de precisión y armas de fuego de largo alcance (una de esas cosas en las que un escritor, según el compañero Gregg Hurwitz, afirma que "no se puede cometer errores"), así como diálogos muy bien escritos, duelos de testosterona bien dosificada, alguna que otra retrospectiva sobre Reacher y su familia, y un escenario cambiante en el que, también lo esperábamos y deseábamos, nada es lo que parece. FIN.
Aunque todo esto parezca muy trillado (y lo está), lo cierto es que la serie es un soplo de aire fresco en el enrarecido ambiente de los presuntos bestsellers modernos. Sin necesidad de escribir sus novelas en presente, Lee Child ha logrado que varias de sus novelas se adapten al cine y a la televisión: no ha necesitado echarle una mano preventiva a los guionistas cinematográficos ni a los productores analfabetos de nuevo cuño y signo de los tiempos. Ciertamente, Personal es una novela que no innova, y quizás no sorprenda demasiado... salvo por el hecho de que esté publicada en 2014.
Vamos: que darse un paseo con Jack Reacher para ver mundo es, en realidad, como volver a casa, a ese lugar cínico en el que los buenos saben que son los malos, los malos saben que son los buenos, y todo el sistema político internacional es un chiringuito que se han montado un puñado de listillos hijos de perra depravados capaces de cualquier mierda abominable y aberrante con tal de salirse con la suya, con tal de ganar pasta, con tal de estirar un poco el cuello más que su vecino.
Y, como bien sabe Reacher, lo mejor que puede hacer uno en la vida es permanecer por debajo del radar.
Lee Child, un tipo muy, muy listo e ingenioso. Me cae bien. |
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