(De Facebook )
6 de agosto de 2023
Después de "He aquí el hombre" de Moorcock, que me ha parecido una historia con mucha mala leche y algún detalle digno de los Monty Python, me he cepillado Noche y niebla (The League of Night and Fog, 1987) de David Morrell, el artífice de First Blood, esto es, Acorralado, la primera historia de Rambo (el nombre de "John" llegaría después). Mis recuerdos de Primera sangre, leído en la edición de Bruguera hace años, son excelentes, una novelita ejemplar y muy recomendable, con una adaptación cinematográfica que le hace justicia. (Aunque lo cierto es que Rambo, en la novela, es bastante más cabrón y menos llorón que el del cine).
Noche y niebla es un entretenido thriller con unos siete protagonistas principales y un montón de secundarios. Recuerda un poco al, para mí, magnífico Jack Higgins de El confesionario, El solista y las novelas de Sean Dillon, ese horripilante y malvadísimo terrorista del IRA que, a la sazón, termina trabajando para el gobierno británico y hasta colabora con la CIA si hace falta. (Me pregunto qué habría sucedido si, en España, a algún autor se le hubiera ocurrido escribir, en los años 80, una serie de novelas sobre un etarra practicante y experto que termina trabajando para el CNI como súper agente a lo James Bond).
Me ha tocado las narices mi propia falta de precaución antes de abrir Noche y niebla, pues resulta que es el tercer volumen de una trilogía, y se nota en que los personajes tienen un pasado largo y tormentoso, esbozado en la novela para ponernos en antecedentes. Ea, la vida es así.
Mención aparte merece la PATÉTICA edición de Ediciones B, de junio de 1988, en una de sus colecciones de grandes éxitos, en formato grande, grande, grande... con una tipografía de tamaño 7 u 8, como mucho, casi ilegible para los que padecemos presbicia. De paliza, una vergüenza que sólo se salva gracias al buen hacer del traductor, Jordi Mustieles, y a la trama implacable de Morrell, repleta de encantadores hijos (e hijas) de puta.
De este mismo autor he leído alguna novela corta de terror ("Naranja de angustia, azul de locura", que es excelente; fue premio Bram Stoker de 1988), y tengo pendiente hacerme con sus otras aportaciones al horror fantástico. Un tipo interesante, Morrell. Pero en el terreno del thriller de espionaje, me sigo quedando con Higgins.
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