Hace unos días, rescatábamos por un aquí un artículo sobre las convicciones espiritistas de sir Arthur Conan Doyle, donde afirmaba: "Yo sé que los muertos viven. Estoy seguro de ello", una frase que, en ciertas circunstancias, podría haber pronunciado, por ejemplo, el doctor Abraham Van Helsing, o alguno de los personajes de las películas del llorado cineasta George A. Romero.
Ahora bien: en el siguiente artículo, que extraemos de la revista Atlántida (Buenos Aires), del 16 de junio de 1927, la cosa va mucho más lejos.
Conozca el lector a Feneas, árabe que vivió en Caldea (¿alguien recuerda el estudio de Sherlock Holmes sobre las raíces caldeas del antiguo idioma de Cornualles?) y residió un tiempo nada menos que en Ur (cosa que me recuerda al relato de Michael Chabon El dios de la risa oscura, imprescindible para los estudiosos lovecraftianos); Feneas, el espírtu que se adueñó de la familia Doyle como una espectral Abdul Al-Hazred... (Incluye una referencia poco velada al asunto de las hadas de Cottingley).
Pasen y lean...
Continuación:
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