Máquinas de guerra medievales |
Ya saben ustedes, habituales (¿?) de este espacio cuasi extinto y en vías de resurrección, que a mí, si me sacan de los libros, no tengo mucho que decir. Supongo que, a cada cual, sus pasiones.
La pasión de mi viejo y querido amigo Pascual Correa, con el que he compartido muchas cosas importantes que van desde el hígado encebollado y con queso que hace mi madre hasta miedos irracionales, ratos buenos y malos, páginas en libros de restringida circulación (ver LTF), y por supuesto, la adolescencia con sus periplos nocturnos a pie o en coche, cervezas, encuentros con extraterrestres vegetales en mitad de la tormenta, y hasta viajes a otros mundos sin salir de la terraza del bar, es una pasión que a mí me fascina. Esa pasión, curiosamente, yo la definiría como "un talento innato", una capacidad intuitiva que al resto de los humanos nos resulta incomprensible, mágica, maravillosa, al mismo nivel de alguien que tuviera la capacidad de hablar con los insectos y hacerse entender, por ejemplo. Pero no es ese el caso, claro. (Que yo sepa, Pascual no habla con insectos. Y si lo hace, es un secreto que no ha compartido conmigo).
Pascual Correa Toledo, en el campo, no hablando con insectos (creemos). |
Resulta que su súper poder consiste en reproducir cosas que ve. Cosas complejas. Máquinas, mecanismos que ya no existen y que nadie conoce hoy. Los ve en fotos, en grabados, en dibujitos que tienen siglos, y luego los reproduce tal y como se supone que fueron... pero en pequeñito. Pero no estamos hablando de esculturas, sino de aparatos que funcionan exactamente igual que los originales, con todo lo que eso conlleva. Por algún motivo (posiblemente, porque la mayor parte del material con el que trabaja es madera), lo que reproduce son máquinas de asedio y armas medievales. No son juguetes para niños, eso lo puedo decir de primera mano.
Ballista, construida por PCTWOOD |
Claro: ¿son lo que se supone que tienen que ser? Venga usted a verlos en su página web: https://pctwood.blogspot.com/, y entonces me lo cuenta. Si quiere hablar con él, escríbale a medievalwoodsman@gmail.com.
Pinche en la imagen y vea los aparatos que hace Pascual. |
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Pascual Correa suele considerar en su cabeza la belleza del vuelo aéreo, pero se aferra con fuerza al suelo. No es una paradoja ni una contradicción, sino un hecho que se puede pesar, contar o medir. Y no está exento de lógica. Pascual sabe que los pájaros vuelan y que los gatos se suben a lo más alto de las grúas para contemplarnos, y a veces sueña con ser como ellos. También sabe que los humanos hemos despegado los pies del suelo por medio de la aerostática y de la aviación, y se siente fascinado por esas ingenierías.
Pero el suelo, la tierra firme, le es grata. Y volar puede ser importante (sobre todo para los pájaros), pero para Pascual, me parece a mí, es más importante reconstruir maquinarias perdidas en la noche de los tiempos. Sé (no se lo digan a nadie, esto es confidencial) que sigue intentando desentrañar algunos secretos de los trastos bélicos que imaginó, diseñó y construyó Leonardo DaVinci (quien también tenía cierta fijación con el vuelo...). Sólo necesita que alguien le dé un empujón y le haga una oferta que no pueda rechazar.
A ver quién tiene lo que hay que tener.
Máquinas de guerra diseñadas por Leonardo DaVinci. |
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