(Publicado originalmente en el anterior emplazamiento del blog Cuaderno de bitácora del Matilda Briggs, el 5 de septiembre de 2011).
¿Alguien de entre los aquí presentes desea saber qué diablos sucedió realmente en la goleta Demeter allá por 1896 (año arriba o abajo)?
Hasta ahora, gracias a la compilación de recortes de prensa, diarios y correspondencias personales que el señor Bram Stoker recopiló bajo el título de Dracula
(1897), sabíamos que un conde transilvano de oscura naturaleza había
llegado a Whitby, en Inglaterra, para conquistar las islas británicas...
y quizá, más tarde, el mundo. También sabemos que no lo consiguió,
gracias a los esfuerzos de un grupo de valientes que se enfrentaron a la
amenaza, encabezados por el profesor-doctor Abraham Van Helsing. (Una especulación importante y en sentido contrario se nos muestra en El año de Drácula, de Kim Newman, y sus secuelas).
Existen diversas especulaciones acerca de la intervención del señor Sherlock Holmes
de Baker Street durante el llamado "Affair Dracula", y el presente
autor recogió comentarios respecto a las diversas teorías en el artículo
"Re: Vampires, o, La ‘Conexión Carfax'", incluido en el volumen Sherlock Holmes y lo Outré (diciembre de 2007). Precisamente en dicho texto mencionábamos la narración de Caitlín R. Kiernan titulada "The Drowned Geologist" (El geólogo ahogado, incluido en la antología Shadows Over Baker Street,
2003, volumen que cuenta con edición en castellano desde hace algunos
años), donde el señor Holmes contemplaba desde los acantilados la
llegada del misterioso barco ruso...
Por fin, gracias a nuestro amigo y compañero de Puebla, el señor José Luis Zárate,
hemos podido conocer los escabrosos e insólitos detalles de la travesía
que el Demeter realizó para transportar un siniestro cargamento
compuesto por ataúdes cerrados, llenos de tierra transilvana... y algo
más.
La novela corta La ruta del hielo y la sal se
publicó originalmente en México, según me informan, en 1998, y ha
tardado más de diez años en llegar a España. Bienvenida sea esta pequeña
gran obra maestra que mitográfos creativos, profanos y expertos,
aficionados al vampirismo o expertos en la figura del Conde Drácula, tienen la obligación de visitar en el más corto plazo de tiempo. Y no lo digo en vano.
Es La ruta del hielo y la sal un concienzudo trabajo que reconstruye los meses que transcurrieron desde la salida del Demeter
en Varna, hasta su espectral llegada al puerto de Whitby, a través del
testimonio de su innominado capitán (hasta ahora no he encontrado su
nombre en ningún registro, ni tan siquiera entre los papeles del señor S.F. Billington,
abogado de Whitby y responsable de la transacción comercial), que quedó
consignado no sólo en la bitácora de la goleta, sino también en unos
papeles que las autoridades encontraron, en su día, en el interior de
una botella...
Una advertencia: cualquiera que busque una obra
convencional que caiga en los tópicos de esta clase de reconstrucciones,
debería alejarse de inmediato de esta novela del señor Zárate (y de
cualquier otra que ostente su firma), pues la aproximación de este
investigador mexicano está mucho más cercana al auténtico espíritu de la
compilación de textos de Stoker que a cualquier interpretación
cinematográfica amanerada. Estamos, señoras y señores, ante algo muy
serio.
La ruta del hielo y la sal está acompañada de
otras dos novelas breves, que en su conjunto conforman el volumen que
Grupo AJEC publicó en 2009 en nuestro país bajo el título genérico de Las máscaras del héroe.
Por si el pastiche draculiano no fuera suficiente
motivo para acercarse a este libro, diré que los otros dos textos
revisitan a dos figuras de la llamada cultura popular (o como nos gusta
decir en términos mitográfico-creativos, "historia reciente").
Así, Del cielo profundo y del abismo -que parte de una cita de Baudelaire,
si es que este dato le sirve a alguien- especula acerca del destino
final del denominado "Hombre de Acero", "Hombre del Mañana", "El Primero
de los Súper-Héroes" (una denominación a todas luces errónea, teniendo
en cuenta la probada existencia de Hugo Danner), o sencillamente, Superman.
Zárate
demuestra que ha leído los tebeos originales de Siegel y Schuster, y
probablemente cientos de los siguientes -incluidas las revisiones de Frank Miller, Grant Morrison y el magistral ¿Qué fue del hombre del mañana? de Alan Moore-... y ha salido por la tangente, claro.
No abundaremos en esta más que satisfactoria obra
repleta de sorpresas y guiños, pero tenemos la obligación de comentar,
al menos, el punto de partida: ¿Y si Superman fuera, además, un
detective privado a lo Philip Marlowe?
Y es que eso es lo que tenemos aquí: La historia del héroe venido de Krypton, contada por Raymond Chandler... nada más y nada menos.
La máscara del héroe se cierra con otro texto
insólito, publicado originalmente en 1994, y del que nos dice la
contraportada que "se convirtió casi de inmediato en un clásico secreto"
en México. Con razón, claro que sí, pues Xanto. Novelucha libre es lo que promete el título (una revisitación de la mítica figura del Santo, el luchador mexicano protagonista de una increíble cantidad de películas difícilmente calificables),
y también es eso: una novelucha libre, una novela de a duro (no sé cómo
se llamarían las novelas baratas en México, la verdad) escrita con todo
el amor y toda la mala leche del universo, dos fuerzas contrapuestas
(el amor y la mala leche, digo) para una obra que recupera la extensión mexicana de los Mitos de Cthulhu que nació allá por la década de 1970, y los enfrenta al Luchador de las Multitudes, Xanto.
Lo diré bien claro: Sencillamente impresionante.
El señor José Luis Zárate nació en Puebla en 1966, ha
acumulado premios como un banquero emite notas de desahucio, ha dirigido
fanzines (en papel y también versión virtual, con disquete y en la Red
de Redes), y me da miedo pensar en lo enorme de su bibliografía, lo cual
incluye sus textos inéditos... Aunque me consta que está agotado (no
Zárate; ahora verán), quiero recomendar a los rebuscadores el librito En el principio fue la sangre, una excepcional compilación de artículos donde el amigo Zárate habla sobre Jack el Destripador, Godzilla, Michael Maltese (ese famoso desconocido), Philip K. Dick,
los asesinos en serie, y todo lo que se le pone por montera.
Actualmente, además de escribir más novelas (él sabrá lo que se trae
entre manos), escribe algo así como unos tres microcuentos diarios
(muchos de ellos sherlockianos, por cierto; la mayoría de carácter
mitográfico creativo) desde Twitter... es lo que él denomina "twitteratura".
Qué disparate, este caballero...
(Y, por supuesto, una reclamación: Exijo la edición de más obras de este autor en España YA).
***
Comentarios originales:
sherlockholmes dijo
Un comentario del amigo Alfredo Cruz, comentario que lacoctelera.com no le dejó publicar:"El libro ya debe venir de camino. Hay que alimentar al friqui que lleva uno dentro, esa especie de mister Hyde insaciable que nunca se da por satisfecho por muchas páginas a las que les hinque sus descomunales caninos. Las películas del “Enmascarado de plata” son lo más de lo más. Por algo se llegaron a rodar una cincuentena de títulos. Y nuestro querido conde transilvano conserva aún vetas inexploradas para los audaces que quieran bucear en su biografía. El abuelo Bram dio en la diana. ¡Qué tío! "
Cadvalon dijo
Magnífico libro y magnífica recomendación, especialmente me ha gustado la historia de Superman, gracias por descubrirmelo (la verdad es que llevaba tiempo mirando esa portada sin decidirme a leerlo)