domingo, 19 de octubre de 2014

Una aproximación a José Luis Zárate, mitógrafo creativo ("LA MÁSCARA DEL HÉROE")


(Publicado originalmente en el anterior emplazamiento del blog Cuaderno de bitácora del Matilda Briggs, el 5 de septiembre de 2011).


¿Alguien de entre los aquí presentes desea saber qué diablos sucedió realmente en la goleta Demeter allá por 1896 (año arriba o abajo)?
Hasta ahora, gracias a la compilación de recortes de prensa, diarios y correspondencias personales que el señor Bram Stoker recopiló bajo el título de Dracula (1897), sabíamos que un conde transilvano de oscura naturaleza había llegado a Whitby, en Inglaterra, para conquistar las islas británicas... y quizá, más tarde, el mundo. También sabemos que no lo consiguió, gracias a los esfuerzos de un grupo de valientes que se enfrentaron a la amenaza, encabezados por el profesor-doctor Abraham Van Helsing. (Una especulación importante y en sentido contrario se nos muestra en El año de Drácula, de Kim Newman, y sus secuelas).
Existen diversas especulaciones acerca de la intervención del señor Sherlock Holmes de Baker Street durante el llamado "Affair Dracula", y el presente autor recogió comentarios respecto a las diversas teorías en el artículo "Re: Vampires, o, La ‘Conexión Carfax'", incluido en el volumen Sherlock Holmes y lo Outré (diciembre de 2007). Precisamente en dicho texto mencionábamos la narración de Caitlín R. Kiernan titulada "The Drowned Geologist" (El geólogo ahogado, incluido en la antología Shadows Over Baker Street, 2003, volumen que cuenta con edición en castellano desde hace algunos años), donde el señor Holmes contemplaba desde los acantilados la llegada del misterioso barco ruso...
Por fin, gracias a nuestro amigo y compañero de Puebla, el señor José Luis Zárate, hemos podido conocer los escabrosos e insólitos detalles de la travesía que el Demeter realizó para transportar un siniestro cargamento compuesto por ataúdes cerrados, llenos de tierra transilvana... y algo más.
La novela corta La ruta del hielo y la sal se publicó originalmente en México, según me informan, en 1998, y ha tardado más de diez años en llegar a España. Bienvenida sea esta pequeña gran obra maestra que mitográfos creativos, profanos y expertos, aficionados al vampirismo o expertos en la figura del Conde Drácula, tienen la obligación de visitar en el más corto plazo de tiempo. Y no lo digo en vano.
Es La ruta del hielo y la sal un concienzudo trabajo que reconstruye los meses que transcurrieron desde la salida del Demeter en Varna, hasta su espectral llegada al puerto de Whitby, a través del testimonio de su innominado capitán (hasta ahora no he encontrado su nombre en ningún registro, ni tan siquiera entre los papeles del señor S.F. Billington, abogado de Whitby y responsable de la transacción comercial), que quedó consignado no sólo en la bitácora de la goleta, sino también en unos papeles que las autoridades encontraron, en su día, en el interior de una botella...
Una advertencia: cualquiera que busque una obra convencional que caiga en los tópicos de esta clase de reconstrucciones, debería alejarse de inmediato de esta novela del señor Zárate (y de cualquier otra que ostente su firma), pues la aproximación de este investigador mexicano está mucho más cercana al auténtico espíritu de la compilación de textos de Stoker que a cualquier interpretación cinematográfica amanerada. Estamos, señoras y señores, ante algo muy serio.
La ruta del hielo y la sal está acompañada de otras dos novelas breves, que en su conjunto conforman el volumen que Grupo AJEC publicó en 2009 en nuestro país bajo el título genérico de Las máscaras del héroe.
Por si el pastiche draculiano no fuera suficiente motivo para acercarse a este libro, diré que los otros dos textos revisitan a dos figuras de la llamada cultura popular (o como nos gusta decir en términos mitográfico-creativos, "historia reciente").
Así, Del cielo profundo y del abismo -que parte de una cita de Baudelaire, si es que este dato le sirve a alguien- especula acerca del destino final del denominado "Hombre de Acero", "Hombre del Mañana", "El Primero de los Súper-Héroes" (una denominación a todas luces errónea, teniendo en cuenta la probada existencia de Hugo Danner), o sencillamente, Superman.
 
Zárate demuestra que ha leído los tebeos originales de Siegel y Schuster, y probablemente cientos de los siguientes -incluidas las revisiones de Frank Miller, Grant Morrison y el magistral ¿Qué fue del hombre del mañana? de Alan Moore-... y ha salido por la tangente, claro.
No abundaremos en esta más que satisfactoria obra repleta de sorpresas y guiños, pero tenemos la obligación de comentar, al menos, el punto de partida: ¿Y si Superman fuera, además, un detective privado a lo Philip Marlowe?
Y es que eso es lo que tenemos aquí: La historia del héroe venido de Krypton, contada por Raymond Chandler... nada más y nada menos.
La máscara del héroe se cierra con otro texto insólito, publicado originalmente en 1994, y del que nos dice la contraportada que "se convirtió casi de inmediato en un clásico secreto" en México. Con razón, claro que sí, pues Xanto. Novelucha libre es lo que promete el título (una revisitación de la mítica figura del Santo, el luchador mexicano protagonista de una increíble cantidad de películas difícilmente calificables), y también es eso: una novelucha libre, una novela de a duro (no sé cómo se llamarían las novelas baratas en México, la verdad) escrita con todo el amor y toda la mala leche del universo, dos fuerzas contrapuestas (el amor y la mala leche, digo) para una obra que recupera la extensión mexicana de los Mitos de Cthulhu que nació allá por la década de 1970, y los enfrenta al Luchador de las Multitudes, Xanto.
Lo diré bien claro: Sencillamente impresionante.
El señor José Luis Zárate nació en Puebla en 1966, ha acumulado premios como un banquero emite notas de desahucio, ha dirigido fanzines (en papel y también versión virtual, con disquete y en la Red de Redes), y me da miedo pensar en lo enorme de su bibliografía, lo cual incluye sus textos inéditos... Aunque me consta que está agotado (no Zárate; ahora verán), quiero recomendar a los rebuscadores el librito En el principio fue la sangre, una excepcional compilación de artículos donde el amigo Zárate habla sobre Jack el Destripador, Godzilla, Michael Maltese (ese famoso desconocido), Philip K. Dick, los asesinos en serie, y todo lo que se le pone por montera. Actualmente, además de escribir más novelas (él sabrá lo que se trae entre manos), escribe algo así como unos tres microcuentos diarios (muchos de ellos sherlockianos, por cierto; la mayoría de carácter mitográfico creativo) desde Twitter... es lo que él denomina "twitteratura".
Qué disparate, este caballero...

(Y, por supuesto, una reclamación: Exijo la edición de más obras de este autor en España YA).

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Comentarios originales:

Cadvalon dijo

Magnífico libro y magnífica recomendación, especialmente me ha gustado la historia de Superman, gracias por descubrirmelo (la verdad es que llevaba tiempo mirando esa portada sin decidirme a leerlo)


sherlockholmes

sherlockholmes dijo

Un comentario del amigo Alfredo Cruz, comentario que lacoctelera.com no le dejó publicar:
"El libro ya debe venir de camino. Hay que alimentar al friqui que lleva uno dentro, esa especie de mister Hyde insaciable que nunca se da por satisfecho por muchas páginas a las que les hinque sus descomunales caninos. Las películas del “Enmascarado de plata” son lo más de lo más. Por algo se llegaron a rodar una cincuentena de títulos. Y nuestro querido conde transilvano conserva aún vetas inexploradas para los audaces que quieran bucear en su biografía. El abuelo Bram dio en la diana. ¡Qué tío! "

jueves, 16 de octubre de 2014

EL PLACER SEGÚN MATEO: Proceso creativo de la cubierta de Sergio Bleda

A muchos nos gusta conocer las interioridades de los procesos artísticos. En concreto, lo que hacen los ilustradores me parece magia. Y lo que hace el ilustrador Sergio Bleda es magia de alto nivel, de la buena, de la que te deja anonadado.
Aquí les mostramos el proceso creativo para elaborar la cubierta de mi novela El placer según Mateo, que ya se puede reservar previo pago (información escribiendo a fabulasext@hotmail.com, y también pinchando aquí).

Paso 1: Lápiz

 Paso 2a: Color

 Paso 2b: Color

Paso 2c: color




Paso 3: tinta
 

Paso 4: acabado

Y la portada, tal y como aparece en el libro impreso:
 
Repetimos: para reservar previo pago de 18 euros (gastos de envío incluidos para España) EL PLACER SEGÚN MATEO Y OTRAS HISTORIAS DE HORROR SOBRENATURAL de Alberto López Aroca y con cubierta de Sergio Bleda, escriban a fabulasext@hotmail.com.
 

martes, 14 de octubre de 2014

Gran Súper Terror: una colección mítica

A mi hermano Daniel y a Juan Carlos Pérez Flores,
porque también les gusta
 
 


En 1986 apareció en España el primer volumen de Horror, una serie de antologías de relatos de miedo. Con este título, Editorial Martínez Roca inauguró una de las colecciones más conocidas y recordadas del género: Gran Súper Terror. La portada mostraba a Oliver Reed en su papel del hombre lobo de la Hammer, en versión de Alberto Pujolar, un gran ilustrador que durante años realizó las portadas de Selección Terror, la célebre colección de novelas donde publicaron autores como Curtis Garland, Ralph Barby, Adam Surray, Lem Ryan, Lou Carrigan, Burton Hare, Ada Coretti y otros muchos.

Recuerdo perfectamente ver este volumen —que ahora mismo tengo al alcance de la mano— en el escaparate de la desaparecida Librería Alonso de Albacete (en la calle de la Caba), junto con algunos títulos de Stephen King de Grijalbo (la portada de La expedición me parecía especialmente inquietante y Verano de corrupción era un título que se prestaba a cachondeo: las calle repletas de bolsas de basura durante el mes de julio). Me consta que el dueño de la librería, Juan Carlos (que falleció prematuramente hace unos años y ha dejado en muchos albaceteños el recuerdo de un librerio serio y “de los de antes”), era lector de de novelas de miedo y estoy seguro de que conocía muy bien esta colección.

 


También recuerdo el trasiego de ejemplares de Gran Súper Terror en casa de mis padres, cuando mi hermano Daniel aparecía con algún ejemplar sacado de la biblioteca (ahí leyó mi hermano El hijo de la noche infinita de John Farris, por ejemplo, y me cantó las alabanzas de esa buena versión de El exorcista pero con juicios), cuando se compró Ceremonias macabras de T. E. D. Klein (que es una muy buena novela de terror) o cuando me contó que Los engendros de L.J. Key era un coñazo (aún no le he hincado el diente a esa novela, precisamente por el juicio negativo de mi hermano).

 

 

Debió ser en 1994 o 1995 cuando un buen puñado de títulos de la colección acabaron saldados —sobre todo los de la serie Horror, que son muy irregulares— y llegaron a un recién abierto centro comercial de Albacete a un precio ridículo, creo que a tres libros por mil pesetas o algo por el estilo. Fui testigo de cómo mi amigo Juan Carlos Pérez Flores compraba un puñado de esos títulos, y cómo mi hermano Daniel se los llevaba TODOS. Creo que puedo recitarlos de memoria: los Horror del 1 al 6 (el volumen séptimo es de los inencontrables); El hijo de las tinieblas de John Coyne (en cuya portada aparece un ghoulie de la saga cinematográfica de serie Z); La luz al final del túnel de John Skipp y Craig Spector (con cubierta de Josep María Beroy, nada menos); la macarrada de Ray Garton titulada Crucifax; La crueldad de la bestia de Shaun Hutson (un viejo amigo de Richard Laymon); la antología El legado de Lovecraft (el único que pude llevarme a casa); y La tumba de Lucifer de Daniel Rhodes (con una cubierta que me hace pensar en “El modelo de Pickman”). Quizás hubiera algún título más. Quizá estuvieran los dos volúmenes de Sangre de Clive Barker. De ser así, mi hermano también se llevó un ejemplar de cada uno. Y Pérez también. Yo no. No tenía ni un duro.
 

 
 
 

Nuestra reseña de La crueldad de la bestia, en enlace.

 
 

Gran Súper Terror fue una colección de las que entran por los ojos, con un diseño uniforme (salvo en su última etapa) pero abierto. Por ejemplo, entre estos libros se encuentran dos grimorios necronómicos que yo vi por primera vez en la Biblioteca Pública de Albacete: se trata de El Gran Libro del Terror y el Segundo Gran Libro del Terror, dos gruesos tomos negros con letras plateadas o doradas en el título. Estos dos también son joyas de la corona, buscados por los coleccionistas.
 
 

 

En general y salvo excepciones (como el demoníaco ghoulie que mencionábamos más arriba), Gran Súper Terror contaba con ilustraciones de verdad, realizadas por encargo o compradas a una agencia, pero realizadas por ilustradores profesionales. No se trataba de los libros que vemos hoy, día sí y día también, cuyas cubiertas son fotografías licenciadas en Getty Images o agencias semejantes (mi docta opinión es que estas portadas modernas son una puta mierda).
 
 
 


Todas esa cubiertas, mejores o peores, resultaban muy, muy, muy atractivas. Tanto como para realizar esa práctica impía que es la de comprarse un libro no por el autor o por la sinopsis o por el título, sino por la puñetera portada. Eso es algo que los editores profesionales han olvidado hoy, quizá porque han aprendido que al ilustrador hay que pagarle y bien pagado, y que resulta mucho más barato licenciar (suponiendo que el editor tenga escrúpulos para hacerlo y no se limite a fusilarla de alguna parte) una fotografía genérica igual a tantas otras.
 
 
 
 
 
 
 
 
Gran Súper Terror acogió a algunos de los más conocidos autores y a otros que nunca más hemos visto en castellano:

Ramsey Campbell, uno de los clásicos actuales por excelencia, que empezó trabajando para la Arkham House de August Derleth, tuvo dos títulos en esta colección.
 
 
 

Dean R. Koontz, “el Stephen King para pobres”, vio publicadas aquí dos títulos, La visión y el imprescindible Fantasmas, cuya ilustración de cubierta se ha reciclado infinidad de veces, tal y como se muestra en este artículo.

La ilustración de cubierta para el Fantasmas de Koontz se ha reutilizado infinidad de veces.

 

Robert Holdstock, conocido en España por su novela fantástica Bosque Mitago, tuvo aquí presencia con una obra de terror muy poco conocida.
 
 
 
Whitley Strieber, conocido sobre todo por El ansia (y por la adaptación cinematográfica de dicha historia de vampiros), realizó una aportación que el escritor gaditano Rafael Marín tradujo al castellano.
 
 
 
Quizá el título más buscado (o al menos, el más cotizado) de toda la serie sea el thriller post-apocalíptico El canto del cisne de Robert McCammon, un autor que sí se ha traducido al español, pero del que rara vez se habla. Yo no he leído esta novela y la portada me parece horrenda... pero me encantaría tenerla.
 

Poppy Z. Brite no es una perfecta desconocida para el lector de habla hispana, pero casi. Su novela La música de los vampiros, publicada por primera vez en Gran Súper Terror, volvió a salir bajo el título de El alma del vampiro en una colección de La Factoría de Ideas (y también formato bolsillo).
 

Un autor salido del ámbito televisivo y conocido hoy por sus guiones de tebeos es J. Michel Straczynski. Antes de todo esto, en España se publicó su novela Mensajes del Infierno, uno de los últimos títulos de Gran Súper Terror, sin el diseño original y que la convierte en una novela difícilmente reconocible como parte de la serie. Pero lo es.
 

Dos autores de los que poco o nada sabemos tuvieron presencia en esta colección con sendas novelas premiadas con galardones literarios internacionales: Los amos de la noche de Brian Hodge y El elixir negro de Elizabeth Engstrom.
 

Reseña de El elixir negro, en este mismo blog.



Además de las antologías de Horror y los "grandes libros del terror", la colección introdujo otras dos series de relatos; la de las Máscaras (cuyo primer volumen es en realidad Horror 7) y la de las Visiones.
 




Y claro, el omnipresente Stephen King, que escribió montones de las frases laudotarias que aparecen en las cubiertas de esta colección, tuvo dos títulos en Gran Súper Terror, concretamente dos de sus novelas firmadas como Richard Bachman. (Martínez Roca publicó en otra colección El fugitivo y La larga marcha, otros dos Bachman stephenkingianos).
 
 
 
Aunque no tenemos del todo claro el orden de aparición de todos estos títulos, el listado que aparece en uno de los volúmenes indica que el último de los títulos de Gran Súper Terror fue La sangre del cordero de Thomas F. Monteleone (con ilustración de cubierta de Jordi García), con fecha de 1993. (La base de datos Tercera Fundación indica que La música de los vampiros apareció en 1994, así que quizá sea la novela de Poppy Brite y no ésta de Monteleone el último título. O quizás sea alguna otra. Quién sabe...) 
En cualquier caso, el diseño ya no era el mismo, y el libro, a primera vista, se puede confundir con cualquier bestseller de Planeta o de Ediciones B publicado en la época. Es un triste final para una colección mítica. Aunque la novela probablemente sea buena.
 
 
Nuestra pequeña aportación u homenaje es la reedición de mi primera novela publicada como libro, El placer según Mateo (que ya se puede reservar previo pago de 18 euros, información en el enlace). La ilustración es del enormísimo Sergio Bleda, y el diseño está basado, obviamente, en el original de Geest/Hoverstad. Sirva este trabajo como recuerdo de esta gran fábrica de escalofríos de horror que fue Gran Súper Terror.


http://albertolopezaroca.blogspot.com.es/2014/10/nuevo-el-placer-segun-mateo-18-euros.html
Ya a la venta.


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COMPRE OBRAS DE ALBERTO LÓPEZ AROCA

http://albertolopezaroca.blogspot.com.es/