Por fin, por fin, por fin termina el malhadado mes de agosto, epígono de los hornos infernales de julio y discreto anunciador de futuras temperaturas más bajas y dichosas. Durante esta última quincena, la tripulación del Matilda Briggs no se ha tomado días libres ni vacaciones, pues ha tenido tiempo de ahondar en la obra de Juan Gallardo Muñoz e incluso especular sobre un título que no hemos leído. Hemos tenido que lamentar, demasiado tarde, el fallecimiento de uno de los pilares del bolsilibro español, tal y como lo conocemos: el gran Lou Carrigan, uno de los grandes maestros. Hemos echado un vistazo a ciertos avistamientos diabólicos en el siglo XIX; James Ellroy nos ha contado una tierna historia de amor repleta de perversiones criminales; Frank de Felitta nos ha regalado su homenaje a Alfred Hitchcock, en forma de novela de a duro hipertrofiada; y también hemos vuelto con John Grisham, que cada día nos cae mejor, y no sólo por su capacidad de supervivencia en el mundo editorial de las últimas décadas, sino porque es un narrador nato, como lo es Stephen King, Curtis Garland, Arthur Conan Doyle o Henry Rider Haggard. Con éste último hemos hecho una visita a Zululandia, nada más y nada menos.
Lunes, 19 de agosto
La fría piel de la muerte (Punto Rojo nº1007, 1981), de Donald Curtis
Martes, 20 de agosto
Loco por Donna (2004), de James Ellroy
Miércoles, 21 de agosto
Noticias de ayer: "Un viaje por Zululandia", por H. Rider Haggard (1917)
Jueves, 22 de agosto
Dragones del karate (La Huella nº25; abril de 1974), de Curtis Garland
Viernes, 23 de agosto
Lou Carrigan ha muerto, pero ya es inmortal
Sábado, 24 de agosto
Edición de muerte (Agente Federal nº241; 1971), de Donald Curtis: una especulación bien fundada
Lunes, 26 de agosto
Noticias de ayer: "El diablo en el siglo XIX" (9 de abril de 1895)
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Miércoles, 28 de agosto
Marcha fúnebre de las marionetas (1990), de Frank de Felitta
Jueves, 29 de agosto
El intermediario (2005), de John Grisham
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